¿Cuándo es mejor abstenerse de un masaje? Muchas veces, cuando tenemos dolor en el cuerpo, nos apresuramos a buscar una solución rápida, como un masaje. Sin embargo, hay momentos en los que no es la mejor opción. En este artículo, te explicaremos las circunstancias en las que deberías evitar o posponer una sesión de masaje. Es importante conocer esto para prevenir cualquier posible daño o empeoramiento de nuestro estado físico. ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
¿Cuándo evitar un masaje? Conozca los momentos en los que es mejor abstenerse.
¿Cuándo evitar un masaje? Conozca los momentos en los que es mejor abstenerse:
Existen algunas situaciones en las que es recomendable no recibir un masaje ya que puede ser contraproducente e incluso perjudicial para la salud. A continuación, se presentan algunos momentos en los que es mejor abstenerse:
– Enfermedades contagiosas: Si tienes gripe, fiebre, infecciones de la piel, entre otros, es recomendable no recibir un masaje, ya que existe el riesgo de contagiar al terapeuta o a otros clientes en el centro de masajes.
– Dolor agudo: Si tienes una lesión muscular reciente, dolor agudo o inflamación en la zona a tratar, es mejor posponer el masaje hasta que la zona se haya recuperado y no exista dolor o inflamación.
– Trastornos circulatorios: Si padeces de trastornos circulatorios graves, como trombosis venosa profunda o flebitis, es mejor evitar el masaje, ya que puede aumentar el riesgo de complicaciones.
– Procesos inflamatorios crónicos: Si padeces de procesos inflamatorios crónicos, como artritis reumatoide o lupus eritematoso sistémico, es importante hablar con tu médico antes de recibir un masaje, ya que puede haber zonas del cuerpo que están contraindicadas para el masaje debido a su inflamación crónica.
– Embarazo: Durante el embarazo es importante tener ciertas precauciones al recibir un masaje, por lo que se recomienda recibirlo solo de un terapeuta especializado en masaje prenatal.
Es importante comunicarle al terapeuta cualquier enfermedad, lesión o condición médica que tengas antes de recibir el masaje para que pueda adaptar la técnica y los movimientos a ti y no haya ningún riesgo o complicación.
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Condiciones médicas que impiden la realización de masajes
Los masajes pueden ser extremadamente beneficiosos para muchas personas, pero es importante recordar que no son apropiados para todos. Hay ciertas condiciones médicas que pueden impedir o limitar gravemente la capacidad del cliente para recibir un masaje. Entre las muchas afecciones que podrían impedir un masaje se incluyen: infecciones agudas, dislocaciones recientes o huesos rotos, venas varicosas inflamadas, quemaduras graves, lesiones muy recientes, edemas, fiebre, inestabilidad articular, enfermedades contagiosas, entre otros.
Evitar los masajes durante el embarazo
Mientras esté en gestación, las mujeres deben evitar los masajes durante el primer trimestre y, a veces, también durante el segundo. Si está embarazada, consultar primero con su obstetra es fundamental. La realización de masajes puede causar complicaciones para algunas mujeres embarazadas. En algunos casos, puede provocar aborto, estimulando el trabajo de parto prematuro e incluso aumentando su riesgo de padecer una hemorragia.
Prevenir los masajes en caso de tener una lesión crónica
Si bien los masajes pueden brindar un gran alivio a los dolores musculares, también pueden empeorar ciertas lesiones crónicas, como tendinitis, bursitis y otras condiciones similares. Además, algunas lesiones crónicas podrían incluso demorar más tiempo en sanar después de la realización de un masaje. Antes de realizarse cualquier masaje, asegúrate de informar al terapeuta sobre cualquier lesión crónica y pregúntale si un masaje sería una buena idea en tu caso.
¿En qué situaciones es recomendable evitar un masaje?
Existen situaciones en las que es recomendable evitar un masaje, tales como:
1. Infecciones de la piel: si tienes una infección de la piel, como herpes, verrugas o hongos, es mejor evitar los masajes ya que puedes propagar la infección al terapeuta o a otros clientes.
2. Enfermedades contagiosas: si tienes una enfermedad contagiosa como gripe o resfriado, es importante evitar el masaje para evitar contagiar a tu terapeuta o a otros clientes.
3. Trombos y coágulos sanguíneos: si tienes problemas de coagulación, es recomendable evitar los masajes ya que pueden aumentar el riesgo de desarrollar trombos o coágulos sanguíneos peligrosos.
4. Lesiones recientes: si has sufrido una lesión grave recientemente, es mejor evitar los masajes hasta que te hayas recuperado completamente. Los masajes pueden empeorar las lesiones y retrasar el proceso de curación.
5. Embarazo: si estás embarazada, es importante buscar un masajista especializado en masajes para mujeres embarazadas. Algunas técnicas de masaje pueden hacer daño al feto o causar contracciones prematuras.
Es importante siempre informar al terapeuta sobre cualquier condición o enfermedad que puedas tener antes de recibir un masaje. De esta manera, el terapeuta puede adaptar el masaje para asegurarse de que sea seguro y beneficioso para ti.
¿Cuáles son las contraindicaciones para recibir un masaje?
Las contraindicaciones para recibir un masaje varían dependiendo del tipo de masaje y la condición física de la persona. Algunas contraindicaciones comunes incluyen:
– Fiebre
– Inflamación aguda o lesiones recientes
– Enfermedades infecciosas o contagiosas
– Trombosis o enfermedades del corazón no controladas
– Cáncer sin permiso médico
– Embarazo en el primer trimestre
– Varices o flebitis
– Hipersensibilidad a los aceites esenciales
En general, cualquier problema de salud que pueda empeorar con la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo o que requiera cuidados especiales debe ser evaluado previamente por un profesional de la salud y debe obtener aprobación médica antes de recibir un masaje.
¿Cuáles son las condiciones médicas que impiden recibir un masaje?
Existen varias condiciones médicas que pueden impedir recibir un masaje. Por ejemplo, las personas con heridas abiertas o quemaduras en la piel deben evitar un masaje ya que puede empeorar la lesión o causar una infección. Asimismo, las personas con fracturas recientes o dolor articular intenso deben abstenerse de recibir un masaje hasta que su condición mejore. Otro ejemplo es el linfedema, una acumulación de líquido en los tejidos blandos que puede ser agravada por la manipulación del tejido durante un masaje, por lo que las personas con linfedema deben buscar un terapeuta especializado en este tipo de afecciones. También se recomienda a las personas que tienen alguna enfermedad contagiosa, como gripe o varicela, esperar a que su sistema inmunológico se recupere antes de recibir un masaje y no contagiar al masajista o a otros clientes del centro de masajes. En general, siempre es importante consultar con un médico antes de someterse a cualquier terapia de masaje, especialmente si se padece de alguna afección médica o se está tomando algún medicamento.
En conclusión, es fundamental saber cuándo es mejor abstenerse de un masaje para evitar consecuencias negativas en nuestra salud. Si tenemos heridas abiertas, enfermedades contagiosas, fiebre, problemas de coagulación o alguna condición médica que pudiera agravarse con el masaje, lo más adecuado es abstenerse y buscar otras alternativas terapéuticas. Por otro lado, si se está embarazada o se encuentra en proceso de recuperación después de una cirugía, es importante consultar con el médico antes de recibir un masaje para asegurarse de que no haya riesgos adicionales. En resumen, los masajes son una excelente opción para aliviar tensiones y mejorar la salud, siempre y cuando se realicen de manera adecuada y en los momentos apropiados.